suspension procesion

La procesión de la Virgen del Rocío por las calles de la aldea almonteña se ha suspendido en torno a las ocho de la mañana, tras la rotura de uno de los palos del paso por un fuerte golpe, que se ha producido cuando la imagen visitaba la Hermandad de Moguer.

Para evitar males mayores, los miembros de la Hermandad Matriz se han visto obligados a adoptar una decisión histórica de llevar a la imagen a su ermita sin terminar la visita tradicional a las más de cien hermandades filiales.

La sorpresa y la incertidumbre se adivinaba en los rostros de todos los congregados en las inmediaciones de la calle Las Carretas, muy próxima a la ermita, en la que se sitúa la Hermandad de Moguer, cuando observaban como los almonteños ponían rumbo a la ermita y dejaban a la Virgen del Rocío de nuevo en su templo. La precipitada vuelta de la Blanca Paloma a su santuario de donde salió cerca de las tres de la madrugada tras el conocido como ‘salto de la reja’ no ha causado incidente alguno.

Tras un año de espera, muchos rocieros se han quedado sin poder tener a la Reina de las Marismas frente a ellos y poder gritarle sus vítores, rezarle y cantarle al son de palmas, ya que la procesión tan sólo ha durado cinco horas de las casi diez habituales y la imagen apenas si había visitado a la mitad de sus filiales.

A pesar de esto y en una reacción emotiva y espontánea, las hermandades que no la han llegado a ver han cogido sus Simpecados y se están dirigiendo hasta la ermita para rendir pleitesía a la Virgen, una estampa singular, nunca antes vista un lunes de Pentecostés, que están presenciando miles de personas.